lunes, 27 de octubre de 2014

Papel de la mujer en los campos nazis

Ciertos campos de concentración y determinadas áreas dentro de los mismos estaban preparados principalmente para las mujeres en la Alemania nazi. Tirando de archivo, los nazis inauguraron en mayo de 1939 el campo de Ravensbrueck. Este campo de concentración era el más grande destinado para mujeres. Así, más de 100.000 mujeres habitaron este campo situado al noreste de la ciudad de Fürstenberg, 90 km al norte de Berlín, aunque en 1941 se anexionó un campo para hombres e incluso, en 1942 se añadió un campo preventivo para mujeres y niñas menores.

Otro campo creado para mujeres se estableció en Auschwitz, situado a unos 43 km al oeste de Cracovia, al cual fueron deportadas numerosas prisioneras de Ravensbrueck. Como último ejemplo se encuentra el campo situado en Bergen-Belsen, a 11 millas al norte de Celle, en el estado de Baja Sajonia, donde fueron transferidas muchas mujeres provenientes de Ravensbrueck y Auschwitz.


El papel de las mujeres en los campos nazis se resume en la intención de seguir educando a los niños a partir de estrategias, la preocupación por los hijos y la solidaridad entre las mismas mujeres judías.
Así, las mujeres también se incluían en los asesinatos masivos por parte de los nazis, siendo las embarazadas las primeras en ser elegidas para las cámaras de gas. Además, las mujeres eran muy útiles para los experimentos biológicos de los nazis, así como violaciones y acosos. Las mujeres también estaban obligadas a prestarse a experimentos pseudomédicos, es decir, esterilización con rayos X, experimentación con gemelos, investigación racial en gitanos y enanos, con doctores como el Dr. Schumann, el Dr. Clauberg o el Dr. Mengele.



El régimen decidió ``recompensar´´ a los prisioneros de los campos con sexo, haciendo burdeles y obligando a las prisioneras a trabajar. Estas prostitutas recibían más alimentos y un trato distinto. Estos encuentros eran supervisados en todo momento y no duraban más de 15 minutos. Más info aquí.

Las mujeres de derrumbaban física y psíquicamente antes que los hambres, por lo que se convertían antes en ``musulmán´´, es decir, como los llamaban la S.S., prisioneros demacrados que no podían realizar trabajos duros. Así, la esperanza de vida de las mujeres era en un 50% inferior al de los hombres, sólo la de las mujeres que formaban parte de los buenos comandos de trabajo era superior.

Por último, las mujeres-guardias de la S.S. igualaban en crueldad y dureza a sus compañeros, incluso competían por ser peores tratando a los presos. Especialmente, queda para la historia la temida María Mandel


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