martes, 30 de diciembre de 2014

Primavera árabe

Este post está dirigido tanto para vosotros como para mí. Realmente hace poco tiempo estaba jugando a uno de estos juegos del móvil de preguntas y apareció una de ellas relacionada con este conflicto. Desde ahí me interesó el tema y me llevó a escribir esta entrada.


La Primavera Árabe es el nombre con el que se ha identificado las manifestaciones populares y políticas sucedidas en la región árabe principalmente desde inicios del 2011 y que condujeron a la caída de las dictaduras de Ben Ali en Túnez y Hosni Mubarak en Egipto, el reforzamiento de la violencia en Yemen y la guerra civil en Libia.

Causas



Túnez

La Primavera comenzó en Túnez, país que durante varios años estuvo gobernado por el dictador Zin Al Abidin Ben Ali. Las protestas reclamaban el aumento de los salarios y mayores medidas por parte del gobierno para enfrentar la creciente carencia que se sumía el país norafricano. La falta de implicación del propio Ben Ali en la solución de los problemas produjo que las manifestaciones tomaron un giro sorprendente hasta comenzar a exigir la salida del dictador y su familia del poder. Juan Cole, especialista en asuntos de la región árabe expresó en su artículo "Lo que la revolución tunecina y WikiLeaks nos dicen sobre el apoyo de EE.UU. a dictaduras corruptas en el mundo musulmán"

Durante el 5 y el 12 de enero, se sucedieron fuertes manifestaciones y Ben Ali dio un ultimátum para su dispersión a cambio de mejoras. Tras la negativa de los huelguistas, se dio la orden a las fuerzas militares de avanzar sobre las protestas con el saldo final de casi cien muertos. A pesar de ello las fuerzas anti-Ben Ali pactaron una gran ola de protestas y huelga para el día 14 de enero con un sola consigna: "Fuera el Dictador, Ben Ali asesino". Horas de la tarde Ben Ali huyó del país refugiándose en Arabia Saudí y dejando el poder a merced de sus hasta entonces aliados.

Tras la salida de Ben Ali, comenzó una disputa de poder en la nación sobre todo entre las élites que sustentaron la dictadura y nombraron al hasta entonces primer ministro Mohamed Ghanuchi, como jefe del país al frente de un llamado Consejo de Transición. A pesar de todo, las fuerzas que condujeron a la caída de Ben Ali exigieron la dimisión de Ghanuchi a quien acusaron de continuador de la política de su antecesor. Tras su salida se iniciaría en Túnez un proceso de vacío de poder y de inestabilidad política que duraría hasta la celebración de elecciones.

El 20 de junio de 2011, un tribunal de primera instancia condenó a 35 años de cárcel al expresidente de Túnez Zine El Abidine Ben Alí y su esposa, Leila Trabelsi, por malversación de fondos públicos y otros delitos.

Egipto

Gobernado con mano dura desde 1981 por Hosni Mubarak, Egipto fue otro de los escenarios de la Primavera Árabe. Aunque Egipto es muy diferente, las expresiones encontraron un punto catalizador tras la caída de Ben Ali el 14 de enero. Todas las críticas iban en contra del deterioro de la situación social y a favor de mayores medidas del gobierno para detener el impacto de la crisis y el ascenso de los precios de los alimentos en la población.


A principios del año, las manifestaciones se dieron en varios puntos del país, principalmente en El Cairo y en Alejandría donde el 28 de enero, casi medio millón de personas provocaron una inmensa manifestación que provocó la salida de las fuerzas policiales. Así, Mubarak convocó a los manifestantes a regresar a sus casas e hizo la propuesta para iniciar un proceso de reconciliación nacional proponiendo cambios sustanciales en la nómina del gobierno aunque sin tocar para nada su permanencia como presidente de la nación.

El anuncio de cambios propuesto por Mubarak no pudo detener las protestas. A finales de enero, se inició una jornada de revueltas populares en las que la renuncia de Hosni Mubarak como presidente se convirtieron en el principal reclamo. Desesperado y en busca de medidas para asegurar su permanencia en el poder y tratar de aplacar a las personas que protestaban por su salida, Mubarak anuncia la inmediata dimisión del gobierno en pleno y anuncia nuevos cambios en el ejecutivo.

Poco después de eso, anunció el nombramiento del hasta entonces jefe de los servicios de inteligencia egipcios, Omar Suleiman como nuevo vicepresidente. Desde el mismo momento de su nombramiento, Suleiman recibió fuertes críticas de parte de muchos sectores tanto nacionales como extranjeros. Mucho criticaron su alianza con los servicios de inteligencia de los Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 así como su estrecha colaboración con Israel, el cual lo consideraba como uno de sus enlaces en el alto mando egipcio

Manifestaciones en la Plaza Tahrir
Mubarak anunció que "las demandas de los manifestantes, que exigen mi renuncia inmediata, son justas y legítimas, y no aceptaré ninguna injerencia extranjera". Mas adelante expresó su intención de mantenerse hasta septiembre y entregar luego la presidencia a un nuevo mandatario, conducta que fue rechazada por los manifestantes de la Plaza Tahrir.

Un día después de las polémicas palabras de Mubark y tras una reunión secreta del alto mando militar el entonces vicepresidente egipcio Omar Suleiman se presentó ante las cámaras dela televisión nacional e internacional para leer un mensaje.

Al reproducir los hechos, el diario Juventud Rebelde expresó en concordancia con una nota de Telesur: ''El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, renunció este viernes al cargo tras casi 30 años de gobierno, y cedió el poder al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA)''. Instantes después del anuncio de Suleiman, miles de personas desbordaron las calles de todo Egipto en clara celebración por la victoria que marcaba así el fin del dominio de Hosni Mubarak como presidente y que a juicio de muchos brindó la oportunidad de construir un nuevo panorama democrático.

Libia

En Libia, la población civil también comenzó a exigir cambios en sus gobierno, quienes se inspiraron en las revoluciones en Túnez y Egipto para protestar en manifestaciones masivas en contra de su presidente, el dictador Muamar el Gadafi. Las primeras manifestaciones fueron entre enero y febrero de 2011, provocando la inmediata reacción del gobierno; represión y violencia. Las fuerzas leales del gobierno comenzaron a luchar contra los opositores, quienes habían creado el Frente de Liberación de Libia.

Tras fuertes combates, lo que había iniciado como una manifestación terminó en una guerra civil; la primera en la Primavera Árabe, ya que ni en Túnez ni en Egipto había ocurrido algo semejante. Al comienzo, los manifestantes tomaron la ciudad de Bengasi e iniciaron la lucha en esa ciudad. Bengasi era continuamente atacada por el gobierno.


Rápidamente, la violencia se propagó por todo el país, y en la mayoría de las ciudades se desarrollaban combates entre los rebeldes y el ejército libio de Gadafi. La comunidad internacional comenzó a intervenir en el país y la mayoría de los países mostraron su apoyo a la oposición, ayudándola en distintas operaciones militares.


Desde el mes agosto, las fuerzas rebeldes comenzaron a avanzar muy rápido y para finales de ese mes ya habían tomado la capital Trípoli, estableciéndose como grandes vencedores. Luego de eso, el ejército del gobierno comenzó a perder su poder, sobre todo por los continuos ataques de la OTAN y de países como Estados Unidos y Europa, que apoyaban totalmente a los rebeldes. 

Los bombardeos en contra del gobierno y de sus funcionarios colapsaron al estado e hicieron que Muamar el Gadafi perdiera el control del país y se vio en la necesidad de huir. Los rebeldes, en tanto, habían avanzado por todo el país y lo habían logrado dominar en totalidad. 

El 20 de octubre de 2011, Gadafi es encontrado oculto en un guarida, es tomado prisionero y es ejecutado; ese mismo día la guerra civil acabó. 

Siria

Bachar al Asad, aquel joven que a su llegada al poder, tras la muerte de su padre en el 2000, hizo pensar en que dirigiría el país con nuevas políticas, dio carpetazo a toda esperanza al reprimir a sangre y fuego las manifestaciones surgidas en marzo de 2011 en Siria en demanda de mayores libertades.

La Primavera siria se tiñó de sangre con una guerra civil en la que ya han muerto mas de 93.000 personas, según cifras de la ONU, y vive inmersa en "matanzas ejecuciones sumarias y torturas" por parte del régimen y de los opositores. En los últimos meses las alegaciones, rumores y acusaciones por ambas partes del uso de armas químicas ha ido en aumento. En las últimas semanas, el régimen sirio se ha apuntado varias victorias en el país con el apoyo de milicianos del grupo chií libanés Hizbulá


Por su parte, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), el organismo que intenta representar políticamente a la oposición al régimen de Bachar al Asad, ha iniciado en Estambul una nueva asamblea general para elegir presidente. Es la primera reunión desde el encuentro de mayo pasado, en el que el organismo amplió el número de miembros hasta los 114, pero no llegó a votar a un sucesor de Moaz al Jatib, quien dimitió en abril y ha sido reemplazado de forma interina por el cristiano George Sabra

Al Assad ha advertido de que "la única opción" que les queda a las fuerzas opositoras para derrocarlo del poder es una "intervención militar extranjera" que considera poco probable a causa de las discrepancias entre las potencias internacionales.

Impacto de la primavera en el mundo

Como muchos de los principales productores mundiales de petróleo son los países en el Oriente Medio, los disturbios han causado un aumento en los precios del petróleo. El Fondo Monetario Internacional en consecuencia ha revisado su pronóstico para el 2011 el cual refleja un precio más alto, y también informó que los precios de los alimentos también podrían aumentar.

Otro de los impactos de los sucesos en el mundo árabe es que estas serian el detonante para el inicio de masivos movimientos anticapitalismo, conocidos como movimientos de indignados, cuyos principales representantes estarían en España con el Movimiento Democracia Real Ya y sus focos en varios puntos de Europa o en Estados Unidos con el Movimiento Occupy Wall Street.
El ejemplo de la Primavera Árabe seria también utilizadas para intentar crear focos en países como Cuba, Irán y Venezuela. En el caso de Cuba, el 7 de febrero un editorial en el periódico Wall Street Journal, se preguntaba si Cuba será la próxima ficha después de Egipto además de explicar las diferencias entre un supuesto movimiento de indignados en Cuba y el ocurrido en Egipto.

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