sábado, 27 de diciembre de 2014

Si quieres dinero provoca una guerra

Supongo que en la carrera de Sociología, las guerras se explican por razones sociológicas, pero en las carreras de economía, siempre se tratan de explicar las guerras por razones económicas. Yo, desde dentro de una carrera económica puedo decir que tras toda y cada una de las guerras o conflictos que han existido encontraremos intereses económicos detrás de ellas.

Se suele decir que las guerras son buenas para la economía pero, ¿por qué? Existen tres motivos fundamentales; el primero es porque normalmente hay que justificarlas, y para esto se buscan las cosas buenas, el segundo es porque se genera mucha actividad, primero destruyendo y luego construyendo y el tercero es porque la existencia de muertos, (que además normalmente se concentran en rentas bajas), supone que la riqueza existente se reparte entre menos personas, (el denominador del PIB per cápita se reduce por razones obvias).

A lo largo de la historia, han existido muchas guerras, y hay evoluciones económicas posteriores; pero en todo caso, un denominador común es que en todas ellas existe la destrucción de recursos y personas siempre significa un empeoramiento de la economía. Pero a pesar de que siempre exista un empeoramiento global, siempre existen beneficiados.

Haciendo un pequeño resumen, en primer lugar tenemos la primera guerra mundial donde hubo un bando ganador, (liderado por Inglaterra y Estados Unidos), y un bando perdedor liderado por Alemania. El campo de batalla, (y por tanto la destrucción), la puso Europa. Así, Estados Unidos vio un incremento en el proceso de militarización ya que allí se fabricaba gran parte del material bélico que se destruía en Europa y aún por encima ganaron la guerra, de tal forma que todas las facturas pasaron a los alemanes.

Por supuesto, Alemania quedó destruida y con una deuda por las indemnizaciones impuestas que era simplemente impagable. Para Estados Unidos y en general para los países que estaban en el banco ganador, la guerra supuso pues el paso a los felices años 20; (aunque las medidas tomadas para conseguir esto acabaron degenerando en la gran depresión). Por el otro lado, Alemania, tuvo que imprimir billetes a todo ritmo, porque era la única forma de pagar las indemnizaciones de la primera guerra mundial, de tal forma que llegaron al proceso de hiperinflación, que acabaría degenerando en la elección de Hitler, que dejó de pagar la deuda y de cumplir las condiciones que los aliados le exigían.

En la segunda guerra mundial, el campo de juego se abrió mucho más, y la gran diferencia fue que la destrucción tanto de recursos como de vidas humanas fue muy superior; la salida fue también distinta ya que en lugar de facturas a los vencidos, hubo ayuda a la reconstrucción; y en lugar de negocios para los ganadores, hubo toda una serie de medidas para los ciudadanos de tal forma que en lugar de “los felices años 20”, tuvimos el surgimiento del estado del bienestar. Así, tras la segunda guerra mundial se inició pues un período de prosperidad y crecimiento en el mundo.


En la tercera guerra, la invasión de Irak en 2003, los americanos era obtener petróleo barato. Esta fue la guerra más mercantilizada de la historia. Los ciudadanos de Estados Unidos están pagando o pagarán algún día la factura de la intervención y las empresas occidentales se han repartido posteriormente los contratos de explotación del petróleo, los contratos de reconstrucción del país y los contratos de seguridad.

Puede parecer que la guerra de Irak ha sido un fracaso, pero económicamente se ha conseguido exactamente lo que se buscaba y económicamente lo que tenemos es beneficios para unas cuantas empresas occidentales, (desde las vendedoras de armas, las asesoras, la banca de inversión, las petroleras, constructoras, seguridad…), que están pagando los ciudadanos del mundo entero por muy variadas formas.

Y, terminando esta entrada, cabe pensar que los trasfondos de los conflictos bélicos no son exclusivamente sociales. El dinero provoca demasiados problemas, a la vez que arregla muchos otros.

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